La Iglesia católica corrió un tupido velo sobre el franquismo. Las víctimas de la dictadura llevan décadas tratando de acceder a sus archivos sin éxito. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha remitido una carta a la nunciatura en España para que publique los documentos. Los familiares de los republicanos creen que esa iniciativa les ayudaría a comprender mejor lo ocurrido y a localizar el paradero de algunas de las miles de personas que continúan desaparecidas. La intención es que el Papa Francisco reproduzca la medida que acaba de desarrollar el Vaticano: publicar en Internet miles de solicitudes de judíos que pedían ayuda para escapar de la persecución nazi.
«Le escribo para rogarle que me ayude desde la distancia», reclamaba el 17 de enero de 1942 Werner Barasch, un estudiante universitario alemán «de origen israelí» preso en el campo de concentración de Miranda del Ebro (Burgos). Escribir al Papa Pío XII era el último recurso a su alcance para ser liberado por el franquismo. La Secretaría de Estado se hizo cargo del caso y envió instrucciones al Nuncio en Madrid para que intermediase.
Alianza con el franquismo
Barasch, de 23 años, consiguió reunirse con su madre en Estados Unidos. Es uno de los 40.000 expedientes que conforman los 170 volúmenes que recogen las peticiones de ayuda que los judíos enviaron al Papa Pío XII. El Vaticano acaba de publicar en Internet la mayoría de esas solicitudes. Las víctimas del franquismo piden que la iniciativa se extienda a los documentos de la dictadura para intentar arrojar luz a lo que sucedió en España tras el golpe de Estado de 1936 y hasta la muerte de Francisco Franco en noviembre de 1975.
«Todo esfuerzo por aumentar la transparencia y el libre acceso a la documentación histórica ayuda a conocer el pasado y es un derecho de las sociedades democráticas y de la verdad a la que deben tener acceso las víctimas de regímenes fascistas», escribe en la misiva Emilio Silva, presidente de la ARMH. La carta, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, ha sido enviada este lunes y está dirigida al nuncio apostólico en España, Bernardino Cleopas Auza. El texto solicita a las autoridades vaticanas que apliquen el mismo ejercicio de transparencia a los acontecimientos de nuestro país.
Silva argumenta que «se dio una explícita participación en el golpe de Estado por parte de la jerarquía católica española y una estrecha colaboración con el dictador durante más de tres décadas. Se le otorgó el título de Caudillo por gracia de Dios». El presidente de la ARMH insiste en que la Iglesia católica «participó en el diseño de la represión de miles de españoles» y que «convirtió su doctrina en legislación de un régimen que persiguió a quienes no cumplían con su dogma impidiendo el libre ejercicio de la libertad de conciencia».
La ARMH estima que aún existen más de 114.000 republicanos desaparecidos y que publicar esos documentos facilitaría su búsqueda. La organización que preside Silva se creó en 2000 con el objetivo de localizar, excavar e identificar a las víctimas asesinadas por el franquismo. Los trabajos, realizados por voluntarios, comenzaron mucho antes de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobara la ley de Memoria Histórica en 2007. Durante dos décadas han excavado más de un centenar de las casi 3.000 fosas que existen en nuestro país, todas ellas sin ayudas públicas.
Parte de los verdugos
«Transcurridos más de 80 años del golpe de Estado franquista, queremos solicitar la apertura de los archivos y el acceso a toda la documentación que nos puede ayudar a conocer lo ocurrido e incluso a conocer el paradero de algunas de las miles de personas que continúan desaparecidas. Sería un mínimo gesto con respecto al daño que le hizo a nuestra sociedad la alianza entre la jerarquía católica y los fascistas españoles, que tuvieron entre sus principales aliados a Adolf Hitler y a Benito Mussolini», reza la misiva, de apenas una página.
Silva explica a este diario que en 2006, cuando se estaba debatiendo la Ley de la Memoria Histórica, la Conferencia Episcopal Española hizo público el documento Consideraciones morales sobre la situación actual de España. «El texto hablaba de dejar en paz el pasado, ya resuelto en la Constitución. Sin embargo, un mes y medio después anunció la mayor beatificación de la historia de mártires de la Guerra Civil española. Un ejercicio de doble moral sobre el pasado. Quiere hablar de su parte como víctima, pero se niega a reconocer y llevar a cabo alguna actuación de lo que hizo como parte de los verdugos», sostiene el presidente de la ARMH.
No era la primera vez que la curia miraba hacia otro lado. En 1999, la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII solicitó a la jerarquía eclesiástica que pidiera perdón por su apoyo a la dictadura de Franco. La jerarquía hizo caso omiso. Algunos dirigentes, como el Obispo emérito de Canarias, Ramón Echaren, reaccionaron duramente a la petición. El que fuera mano derecha del histórico cardenal Vicente Enrique y Tarancón afirmó que quienes debían pedir perdón eran los izquierdistas que habían asesinado a sacerdotes en los años treinta.
La ARMH sigue adelante con su trabajo, aunque en este momento no esté desarrollando ninguna exhumación. Silva explica que en estos momentos se están estudiando restos recuperados en operaciones pasadas. Entre las últimas que se han realizado, las de Recas (Toledo), El Rellán (Asturias) o Cospedal de Babia (León). La organización también ha denunciado recientemente que el Gobierno enviara un equipo especial para investigar crímenes de guerra en Ucrania mientras que no hace lo propio con las desapariciones forzosas de la Guerra Civil y la represión franquista.