Brazos en alto entonando el Cara al Sol, saludos fascistas y vítores en recuerdo a Francisco Franco. Así acabó una misa en honor al dictador celebrada en una iglesia de Madrid el 18 de noviembre, un mes después de que entrara en vigor la ley de Memoria Democrática. La norma califica estos actos como exaltación de dirigentes de la dictadura y puede acarrear multas de hasta 150.000 euros. Compromís preguntó al Gobierno por qué lo autorizó. El Ejecutivo se inhibe porque «fue un acto religioso en el interior de una iglesia y no estaba sujeto al régimen de comunicación previa».
La misa en honor de Franco se celebró en la Parroquia de los Doce Apóstoles de la calle de Velázquez, en pleno centro de la capital. «Por nuestro hermano Francisco Franco, rogamos al señor», se limitó a decir el párroco que la ofició. A continuación hizo una petición «por la unidad católica de España». Una vez finalizada la ceremonia, pasadas las 21.30 horas, ya en el exterior, se sucedieron las loas al dictador.
«Franco, Franco, Franco», gritó al unísono el centenar de nostálgicos de la dictadura que acudieron a la misa. Entre ellos, uno de los nietos del dictador, Jaime Martínez-Bordiú, que alzó su brazo para realizar el saludo romano mientras otros asistentes entonaban el Cara al Sol. El acto tuvo lugar en un ambiente íntimo, pero con motivo de la inminente llegada del 20 de noviembre, fecha en la que falleció el dictador hace ya 47 años.
Exaltación a Franco
No fue la única manifestación en favor de Franco que se celebró esos días. La Delegación del Gobierno de Madrid, liderada por Mercedes González, recordó entonces que todos los actos que se celebraran debían cumplir con la ley de Memoria Democrática. De no ser así, lo pondría en conocimiento de la Fiscalía aludiendo al artículo 38 de la norma.
Dicho precepto establece que «se considerarán actos contrarios a la memoria democrática la realización de actos efectuados en público que extrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares y supongan exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, de la guerra o de la dictadura». Algo que, según Compromís, sucedió.
El senador Carles Mulet registró días más tarde una pregunta escrita en el Senado para advertir de lo ocurrido y saber si se van a adoptar medidas para que no vuelva a repetirse. Solicitó explicaciones a la Delegación del Gobierno por autorizar los actos. El Ejecutivo respondió este miércoles. El texto, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, afirma que se trató de «un acto religioso» en el interior de una iglesia y, por tanto, no estaba sujeto al régimen de comunicación previa previsto en la ley.
«La Comunidad de Madrid no tenía que tener conocimiento del acto», insiste la respuesta emitida. Para Mulet, el Gobierno «no puede evitar pronunciarse y actuar» contra estos hechos. En su opinión, suponen «una exaltación de Franco en una iglesia» por lo que «no es un acto privado estrictamente». El senador sostiene que el acceso a las parroquias es público y gratuito, por lo que se estaría incumpliendo el artículo 38 de la norma.
Mulet sostiene que, de esa manera, el Gobierno evita informar a la Fiscalía para no enfrentarse a la Iglesia. Gracias a los acuerdos suscritos entre el Estado y la Santa Sede, esta goza de inviolabilidad de los lugares de culto. No obstante, el dirigente valenciano cree que las instituciones católicas deberían «adoptar medidas para que no vuelvan a producirse actos de este tipo en las parroquias».
No es la primera polémica por este tipo de actos. El párroco de la iglesia de San Francisco de Borja, también en Madrid, afirmó en 2018 durante el sermón que la obra del dictador era «insuperable». A continuación, enumeró algunos de los «éxitos» que consiguió durante las cuatro décadas que gobernó, como «pantanos, pueblos, la clase media y la Seguridad Social».
En 2021, la asistencia del entonces líder del PP, Pablo Casado, a una misa en honor a Franco en la Catedral de Granada suscitó las críticas de la izquierda. La formación explicó que el dirigente acudió a la basílica con su familia de casualidad porque «estaba cerca de su hotel». Insistió en que llegó comenzada la homilía y en que, a pesar de que era 20 de noviembre, no sabía que se estaba homenajeando al dictador.